¡Buenas tardes!
Hace ya tiempo que no actualizo el blog, ¿verdad? Mis fieles seguidores deben de estar muy preocupados... xD
Sinceramente, y aunque la gente no se lo crea, poca novedad puedo contar. La rutina va haciendo acto de presencia; de lunes a viernes a la escuela, estudiar, hacer deberes, exámenes... Menos mal que en su tiempo se crearon los fines de semana; ¡un monumento habría que hacer al que los inventó!
Justo mañana se cumplen ya cuatro meses desde que llegué a Japón, ¡cuatro meses! Sé que me hago cansina pero no dejaré de repetir que este tiempo se me ha pasado volando, parece como si sólo hiciera un mes que estoy aquí. Y para conmemorar tan grandiosa circunstancia, ¡qué mejor que con productos de la tierra!
Con la excusa de que necesitaba que me enviara con urgencia una cosa, le pedí a mi madre (a la que también habría que hacer otro monumento, por cierto) que, ya que tenía que enviar igualmente el paquete, podía "adornarlo" con algunas cositas más. Antes de ayer por la mañana, justo ocho días después del envío (¿Correos se está poniendo las pilas?), ¡me llegó a casa! La sonrisa de tonta que se me quedó durante todo el día era para verla: chorizo, jamón, queso, lomo, chocolate, chucherías, un jersey... Esa misma tarde me pasé por una panadería en la estación de Shibuya, me compré una barra de pan (de las de verdad, aunque bastante más cara que en España) y me cené un pedazo de bocadillo de jamón serrano que hasta casi se me saltan las lágrimas de la emoción xD.
Por cierto, ahora que hablo de esto, me he acordado que tengo que hacer una redacción para mañana sobre algo que nos hayan regalado; ¡ya tengo tema! Así que vamos al lío, que también hay que estudiar para el examen semanal del viernes.
¡Hasta otro día!