2 de abril de 2009

Viéndole las orejas al lobo

Cuando somos pequeños tenemos muchos sueños; queremos ser astronautas, pensamos que nuestros padres son los mejores del mundo y nos peleamos por ello con los demás niños...
Luego, cuando crecemos un poco y estas ideas se van quedando atrás, hacemos juramentos algo difíciles de conseguir, pero no imposibles; o al menos eso pensamos...
Seguimos creciendo y miramos más hacia el futuro: ¿seguir estudiando o empezar a trabajar? Y esos juramentos que antes creíamos posibles ahora ya son más inalcanzables que antes: ¿"amigas para siempre"?; no, por desgracia eso ya no es posible.

Es cierto que cada uno tiene un camino por el que seguir y que nunca dos caminos serán iguales, pero esos caminos se pueden volver a cruzar. Lo que no entiendo es porqué alguna gente prefiere seguir caminando sin mirar atrás, sabiendo todo lo que habéis pasado juntos: esas tardes en una cafetería hablando de cualquier cosa, ese curso que repetimos y en el cual nos hicimos más amigas, esas noches de fiesta en las que nos echábamos unas risas, esas vacaciones en las que lo que menos importaba era dónde fuéramos...

No, la verdad es que no lo entiendo.

No hay comentarios: