30 de agosto de 2010

¡De vuelta!

¡Buenos días!

Antes de ayer ya llegamos otra vez a Barcelona. El sábado el avión teóricamente despegaba de Menorca a las 23:59h, pero por alguna razón todos los vuelos de esa noche (a partir de las 21:30h más o menos) se retrasaron absolutamente todos, así que el nuestro no iba a ser menos. Por suerte no se retrasó mucho: a las 00h empezábamos a subir al avión y una media hora más tarde ya despegábamos, así que aterrizamos en la ciudad condal sobre la 1:20h. El viaje de ida fue bien para todos menos para un amigo, que por un error de comunicación entre él y la azafata su maleta volvió sola a Barcelona y no se la devolvieron hasta el día siguiente.

El primer día, después de recoger el coche de alquiler en el mismo aeropuerto (un Opel Corsa nuevecito, que el año pasado a los que fueron les dieron un Cinquecento enanísimo xD), fuimos hasta Ciutadella y comimos ahí en un simple Bocatta pero con unas vistas del puerto inmejorables.

Luego ya fuimos al apartamento a dejar las maletas, nos pusimos el bikini/bañador y nos dirigimos a la calita que teníamos a tan solo 50m del apartahotel.

Por la noche aprovechamos para ir a las fiestas de Ferreries y quedar con dos amigos que llevaban en Menorca unos pocos días. Así como lo típico en Mallorca es la sobrasada, en Menorca la bebida típica es la Pomada, una mezcla de Gin producido en Menorca y limonada; nos bebimos entre todos (éramos 7) tres botellas de 1,5L, al día siguiente notamos sus efectos resacosos... xDD

El segundo día nuestra intención era levantarnos pronto para ir a la playa, pero estábamos un poco destrozados así que acabamos yendo a la playa después de comer. Volvimos a coger el coche (sin coche o moto no puedes hacer casi nada) y fuimos a Cala Mitjana. Al principio íbamos bien, por la ronda bien asfaltada y tal, luego pasamos a un camino un poco peor asfaltado y más estrecho y al final el caminito se estrechaba aún más y tenías que hacer virguerías cuando te venía un coche de frente. Pero, bueno, valió mucho la pena.



Nos quedamos un rato jugando a volleyball, donde me destrocé los brazos por pegar mal a la pelota, y volvimos al apartamento no sin antes sufrir un poco por salir de ahí: el coche se calaba cada dos por tres por la arenilla que se había quedado en las ruedas y por lo empinada que era la cuesta.

Por la noche volvimos a quedar con estos dos amigos, que volvían al día siguiente a Barcelona, y nos fuimos al Jazzbah, un bar-pub-discoteca en Ciutadella. Otra ronda de pomada, esta vez la mayoría nos la pedimos en granizado (¡estaba buenísima!) y para abajo a bailar un poco en la discoteca.


Noche de baile que fue una locura (no por mi parte xD) y despedida de los que volvían a casa al día siguiente; los demás, a intentar descansar porque al día siguiente nos tocaba visitar otra calita.

Y de momento esto es todo. Esta tarde seguiré con el resto de días, que sino la entrada será demasiado larga y el ordenador no está de buen humor hoy.

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