16 de octubre de 2010

Monte Takao

¡Buenas tardes!

He llegado hace un rato y anda que no se está bien aquí sentadita, relajada, intentando descansar...

Ayer estuve mirando un poco en algunos blogs de otros españoles que viven aquí en Japón y que llevan más tiempo que yo (eso es fácil xD) para ver dónde podía ir de excursión. Me apetecía más ir a algún sitio rodeado de naturaleza y no a algún barrio o ciudad entre edificios y cientos de personas, así que mirando un poco me decidí por ir al Monte Takao.

Así que, miré la web de los trenes para saber qué líneas debía coger: desde la estación de Meidaimae hasta la de Kitano, coger la línea Takao y de ahí directamente hasta la parada de Takaosanguchi (todas de la línea Keio, así que me vino de perlas ^^). En total, 350 yenes y unos 54 minutos de trayecto. Aunque he de decir que el viaje me llevó casi hora y media ya que me confundí y cogí una línea que tiene dos recorridos posibles, uno a Takaosanguchi (adonde yo iba) y otro a Hashimoto; cogí la que lleva hasta Hashimoto. Por suerte me di cuenta a tiempo y sólo tuve que volver un par de paradas hacia atrás para coger la correcta.

Cuando ya llegué a mi destino, sobre las 14:45h, seguí a toda la masa de gente (ya que no tenía mucha idea hacia dónde estaba el supuesto monte xD) y llegué hasta el pie del funicular. Este funicular te sube hasta una altitud determinada, así el camino hasta la cima es más corto, pero si lo prefieres puedes subir todo el camino a la cima a patita. Hay varios senderos que te llevan hasta arriba del todo; de 30 minutos, de 60, de 90... ¿Y cuál escojo yo? Pues el de 90 minutos, claro está; total, tenía tiempo y nada mejor que hacer, así que me dije: bueno, pues lo subo tranquilamente caminando.
Menuda idea fui a tener... ¿Mis razones? Primero: soy una fumadora y eso repercute a la hora de hacer ejercicio (menuda novedad xD); segundo: el ejercicio y yo no somos muy buenos amigos; y tercero: hace años que no hago ejercicio con regularidad, creo que desde que hacía natación (o sea, hace unos 10 años, sin contar las clases de gimnasia en el instituto, claro xD). Pero, bueno, estoy aquí para disfrutar de todo lo que pueda y me gusta hacer excursiones por la naturaleza. Así que elegí itinerario, el número seis, me compré una botella de agua y p'arriba.

Al principio del camino, a unos cinco minutillos caminando, te encuentras justo con un pequeño templo en la montaña, con una pequeña cascada y todo; algunos japoneses se pararon a rezar y yo, a hacer fotos.

A partir de ahí ya no hay ningún tipo de templo ni edificación durante el camino, sólo mucha vegetación, mucha gente volviendo abajo y pocos subiendo (claro, a esas horas era normal xD).


Hasta tuve que caminar por encima de las piedras que había colocadas (¿de forma natural o por el hombre...?) justo por en medio de un pequeño riachuelo.


Hice muy pocas fotos del camino de subida, suficiente tenía con mantener la compostura mientras perdía el aliento con cada metro que avanzaba xD.

Durante el camino hay algunos carteles que te van informando de cuánto queda más o menos para llegar hasta la cima, unos puntos de información numerados del 1 al 14. Lo peor de todo para mí fue la subida a partir del punto 13. Puedes ponerme una cuesta con una pendiente pronunciada, puedo ir por medio de riachuelos, puedo sortear raíces enormes de árboles, hasta me puedes poner 50 kilos de peso encima, ¡pero no me pongas escaleras!

Y habían más, no os penséis que sólo habían ésas xD

Pensando que ya había pasado el último punto y quedaba poco para llegar, las fuerzas me volvieron (tras varios descansos de un par de minutos, claro xD). Y... ¡sí, ya he llegado! Unos pocos metros más y mi dignidad no habrá muerto en vano xD.




El cielo estaba algo nublado así que no se veía tampoco muchas cosas, pero al menos pude ver cómo algunos árboles ya empiezan a cambiar sus hojas por el típico color de otoño ^^

Bueno, un momento de relax para descansar y admirar las vistas, y para abajo, que aquí empieza a oscurecer sobre las 17h (eran las 16:50h o algo así) y hace algo de rasca (nota a mí misma: la próxima vez tráete una chaqueta que abrigue más xD). Esta vez cogí un camino de vuelta algo más corto, así que simplemente seguí a la gente. Fui por un camino asfaltado, por donde van los coches, así que no me tenía que preocupar mucho de dónde pisaba aunque fuera oscureciendo cada vez más rápido. Además, por este camino me encontré bastantes más templos que por el otro.





La bajada tampoco es que fuera un camino de rosas porque, a pesar de estar asfaltada y ser más cómoda que no andar esquivando raíces y riachuelos, la pendiente era constantemente de unos 45º y era cansado, además que no veía mucho el suelo ya que había oscurecido del todo; bajé detrás de una pareja que (lista ella) se había traído una linterna.

Y poco más. Fui a un konbini a comprarme un par de sándwiches, que estaba hambrienta, y ver cómo sendos policías dirigían el tráfico después de que hubiera habido un choque frontal entre dos coches (por suerte los dos conductores estaban ilesos).

¡Hasta otro día!

1 comentario:

EL TÍO CHIQUI dijo...

Interesante excursión...será cuestión de pensarla apara uno de estos días sueltos! Lo que preguntabas...46000! una fiesta!

saludos1